28.6.08



Una nueva etapa de la posibilidad de grabar sonidos y reproducirlos, nos está llevando a la búsqueda obsesiva de los orígenes de la música. De los más remotos: algo así como al futuro más lejano y lento.

26.6.08

somos todos africanos emigrados

Eduardo Galeano insiste en su último libro, Espejos, con una idea que tiene confirmación científica: “Somos todos africanos emigrados. Hasta los blancos blanquísimos vienen del África. Quizá nos negamos a recordar nuestro origen común porque el racismo produce amnesia, o porque nos resulta imposible creer que en aquellos tiempos remotos el mundo entero era nuestro reino, inmenso mapa sin fronteras, y nuestras piernas eran el único pasaporte exigido”. Ahora el pasaporte también son las piernas pero sólo si pisan el cuidado césped de los estadios europeos.
(...)

“El viento frío de la xenofobia sopla otra vez”, dijo el presidente Lula y agregó que los europeos son los más prejuiciosos del mundo. “¿En qué calidad moral se puede sostener una globalización que busca la libre movilidad de las mercancías y de los capitales pero criminaliza la movilidad de los seres humanos?”, se preguntó el presidente de Ecuador, Rafael Correa.

Pero el racismo y la discriminación no sólo son patrimonio del Norte rico. Los progres que se escandalizan con la actitud de los europeos, no registran lo que ocurre en casa. Durante meses viví en un departamento de Buenos Aires, cuyo balcón daba a un muro que tenía la inscripción: “Fuera peruanos y trolos”. Jaime Bayly diría, con su habitual ironía, que no hay nada peor. Algo parecido ocurre con la comunidad boliviana. Miles de personas sufren cada día maltrato, desprecio y prejuicios. “Son todos chorros”, “usan los hospitales y no pagan”, “te sacan el trabajo”. La mezcla de ignorancia y chauvinismo tiene efectos tremendos. Justo en este país que en el preámbulo de su Constitución Nacional ofrece compartir sueños y proyectos con todos los hombres del mundo que quieran habitarlo.

[R. Sietecase en criticadigital.com]

17.6.08

el sonido no tiene una cara oculta

El presente sonoro tiene que ver desde el inicio con un espacio tiempo: se difunde en el espacio o, mejor, abre un espacio que es el suyo, el espaciamiento mismo de su resonancia, su dilatación y su reverberación. Ese espacio es, en sí mismo, omnidimensional y transversal a todos los espacios desde el principio: siempre se ha señalado la expansión del sonido a través de los obstáculos, su propiedad de penetración y ubicuidad.
El sonido no tiene una cara oculta, es todo delante detrás y afuera adentro, un sentido patas arriba con respecto a la lógica más general de la presencia como aparecer, como fenomenalidad o como manifestación y, por lo tanto, como cara visible de una presencia subsistente en sí.

[A la escucha, Jean-Luc Nancy)

8.6.08

Ferneyhough, muy al vuelo

Sensación global superior a la de cada obra por separado. Sí, trabaja sobre los límites de lo tocable pero todavía más sobre los límites de lo audible. Masas sonoras sin silencios. Poca discriminación interna, creo que por interpretación no muy segura. Lo mejor es que se arrastra esa sensación de dolor sonoro que hace que el oído se entretenga con los sonidos del metro y de la calle y los retenga como música. Todo se descoloca hasta el punto de la sensación de desaparición de los bordes. Pero se va muy pronto. Lo peor: esa “complejidad extrema” se “borronea”, desdibuja y convierte en garabato más o menos uniforme que arrasa con la noción misma de complejidad, tanto auditiva como desde el punto de vista de la interpretación que pierde distinción en dos sentidos: el de diferenciación y el de elegancia, elevación sobre la vulgaridad.
[sensaciones directas de la audición de un concierto en el Auditorio Nacional de Madrid, Sala Sinfónica, 22-01-2004]

2.6.08

Momentos críticos


Como necesitar anteojos para encontrarlos, a veces la única salida consiste en el recuento detallado de los actos realizados hasta entonces en orden retrógrado.